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¿Qué hay que saber sobre el cigarrillo electrónico (vapeadores) y el riesgo cardiovascular?

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El tabaquismo (TBQ) se considera uno de los principales factores de riesgo modificables que afecta a las enfermedades no transmisibles (ENT) como el infarto agudo de miocardio (IAM), l accidente cerebrovascular (ACV), la cardiopatía isquémica (CI) y la enfermedad vascular periférica (EVP), no siendo discutible el accionar sobre su abandono para mejorar la calidad de vida. Sin embargo, existe una notable incertidumbre en torno al uso del cigarrillo electrónico, ya que no hay pruebas de que sean menos nocivos que los productos de tabaco convencionales. Contienen sustancias que no se encuentran en el humo de los cigarrillos y pueden afectar a la salud.

En esta breve nota vamos a tratar de responder algunas preguntas con objeto de informar y orientar al ciudadano sobre el fenómeno creciente del cigarrillo electrónico: ¿Qué es el cigarrillo electrónico? ¿Es seguro? ¿Constituye una amenaza para la salud pública? ¿Puede ser una ayuda para dejar de fumar o reducir el riesgo cardiovascular del fumador? ¿Cómo se regula y cómo debería regularse? ¿Qué podemos decir los cardiólogos a nuestros pacientes? Quizás si conseguimos contestar algunas de estas preguntas, podamos arrojar un poco de luz sobre este difícil asunto.

¿Qué es el cigarrillo electrónico?

Son dispositivos que utilizan una resistencia y batería de pequeño tamaño para calentar y vaporizar una solución liquida, imitando al menos gestualmente el hábito de fumar. Este vapor puede liberar nicotina o incluir solamente aromatizantes y otras sustancias como propilenglicol y glicerina. Cuando el sujeto vaporea, se activa la batería, que calienta la solución líquida y la convierte en vapor, que pasa a ser inhalada. Al no producirse combustión, no se produce monóxido de carbono. En los líquidos se han encontrado nitrosaminas, formaldehido, acetaldehído y metales pesados, aunque en cantidad menor que en el cigarrillo convencional.

¿Es seguro?

La exposición a propilenglicol puede causar irritación ocular y respiratoria. Existen escasos estudios sobre los efectos biológicos de la exposición al cigarrillo electrónico. Los efectos a largo plazo se desconocen. En cualquier caso, lo que no se puede negar es que la nicotina es una potente sustancia psicoactiva de gran capacidad adictiva, además de un potencial tóxico cardiovascular, con propiedades simpaticomiméticas. A estos efectos, son especialmente susceptibles las personas con enfermedad coronaria establecida.

¿Constituye una amenaza para la salud pública?

El consumo del cigarrillo electrónico ha supuesto un fenómeno que se ha extendido enormemente primero por Estados Unidos y luego Europa, Japón y otras partes del mundo. Hay un intenso debate entre quienes consideran que puede ayudar a dejar de fumar y tiene menos riesgos para la salud y quienes temen que el consumo de nicotina líquida a través de los cigarrillos electrónicos pueda volver a normalizar socialmente el fumar o incluso ser el primer escalón para el consumo de tabaco. Esta renormalización puede ser especialmente dañina entre los jóvenes, principal foco de mercado del cigarrillo electrónico, y representa la principal amenaza en el ámbito de la prevención y el control del tabaquismo.

¿Puede ser una ayuda para dejar de fumar o reducir el riesgo del fumador?

La eficacia del cigarrillo electrónico para dejar de fumar se usa en muchas campañas publicitarias que pretenden aumentar su venta, pero no existe evidencia sólida que lo sustente.

Para apoyar el uso del cigarrillo electrónico como herramienta eficaz y segura para dejar de fumar, es necesario evidencia científica sólida, de la que de momento se carece.

¿Cómo se regula?

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que depende del Ministerio de Salud de la Nación, mediante la disposición 3226/11 publicada el 9 de Mayo de 2011 en el Boletín Oficial, prohibió la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción del cigarrillo electrónico en el país, por considerar que “no existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar” y que “tampoco hay pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano”.

¿Qué podemos decir los cardiólogos a nuestros pacientes?

Por nuestra parte debemos apoyar los intentos de dejar de fumar y asegurarnos de que nuestro consejo no disminuya la motivación del paciente para hacerlo. Debemos apoyar su decisión de intentar dejar de fumar y recomendar un plan de tratamiento que incluya, entre otras cosas, una decisión sobre una fecha concreta para dejar de fumar, consejo y recomendaciones sobre los tratamientos más eficaces y seguros para dejar de fumar: vareniclina, terapia sustitutiva de nicotina y bupropión.

Sin embargo, apoyar la decisión de dejar de fumar de un paciente que quiere utilizar el cigarrillo electrónico no significa aceptar el uso de este dispositivo. Si el paciente ha fallado en un tratamiento inicial, no quiere utilizar un tratamiento convencional y quiere usar cigarrillo electrónico a toda costa, lo razonable es apoyar el intento de dejar de fumar, pero informarle de que no hay evidencia concluyente sobre la seguridad del cigarrillo electrónico ni de su eficacia para dejar de fumar, y explicarle que su composición puede ser muy variable en función de las marcas y traer consigo un riesgo para su salud.

Conclusión

Para concluir esta breve nota sobre las implicancias del uso del cigarrillo electrónico se podría decir que no se sabe con exactitud si presenta mayor, igual o menor riesgo cardiovascular que el cigarrillo convencional, pero que por sí mismo presenta implicancias negativas para la salud. Aparejado a esto, los profesionales no estamos en condiciones de recomendar su uso para los intentos de dejar de fumar de nuestros pacientes, ya que no se ha demostrado que sea eficiente en este aspecto. Sin embargo, si un paciente quiere dejar de fumar a través de este método no deberíamos negárselo, ya que cualquier excusa para el abandono tabáquico es buena. 


¿Necesitás atención?

Los cardiólogos en conjunto con los centros médicos hemos trabajado para que nos cuidemos todos y hemos puesto en funcionamiento la Teleconsulta en donde el paciente puede hablar a la distancia con su médico de cabecera que podrá en su mayoría solucionar sus dudas. Y si no puede mediante por este medio valorará la necesidad de derivarlo a una consulta presencial en un entorno donde exista el menor riesgo de contagio posible. 

No descuides tu corazón. 
Ante cualquier inquietud consultanos en nuestros centros de atención:

Lomas Centro Médico

● Av. Champagnat s/n, Mendoza 
● 0261 459-6800 
● www.lomascentromedico.com

Centro Médico La Barraca

● Las Cañas 1833, Dorrego, Mendoza 
● 0261 ‎9476-0477 
● 0261 ‎9476-0478 
● 0261 ‎9476-0479 
● www.centromedicolabarraca.com

Centro Médico Plaza

● Perito Moreno 72, Piso 1 Depto 1, Godoy Cruz, Mendoza 
● 0261 422-1013 
● Horario 7:30–12:30 y 16:00–20:00 

Centro Médico Chacras

● Italia 5795, Luján de Cuyo, Mendoza 
● 0261 496-2982 
● Horario 8:00 – 20:00 
● www.centromedicochacras.com

Centro Médico Cervantes

● Sarmiento 43, Primer Piso. Luján de Cuyo, Mendoza. Cp 5507 
● Teléfono: 0261-5620333 
● WhatsApp: +54 9 261 662 6966 
● Horario 8:00 – 21:00 
● www.cervantescentromedico.com 

Centro Médico Palmares

● Palmares Open Mall, Ruta Panamericana 2650, Godoy Cruz, Mendoza 
● 0261 439-8010 
● Horario 8:00 – 20:00

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