El estrés crónico no es bueno para nadie. A la larga puede provocar hipertensión, insuficiencia cardíaca, isquemia miocardica, diabetes, obesidad, depresión, ansiedad, afecciones de la piel (como acné), problemas menstruales, disminucion del deseo sexual y de la fertilidad.
La forma en que las mujeres con enfermedad cardiaca previa responde al estres psicológico, las pone en mayor riesgo de eventos cardiovasculares, debido a que el estres aumenta la inflamación en todo el cuerpo y en las mujeres se producen cambios en biomarcadores inflamatorios en la sangre, que no afectan a los hombres de la misma manera.
Los principales síntomas que produce el estrés son:
- Boca seca.
- Dolor de cabeza o abdominal.
- Ansiedad, disminución de la autoestima, ira, tristeza o apatía.
- Dificultades para concentrarse y tomar decisiones.
- Bloqueos y olvidos mentales.
- Hipersensibilidad a la crítica.
- Insomnio.
- Problemas en la piel.
- Tensión o dolor muscular.
- Acidez, constipación, diarrea, vómitos.
- Dolor de pecho.
- Tendencia a comer mucho más, o menos, que lo habitual.
- Aislamiento social.
- Trastornos sexuales.
¿Que podemos hacer para disminuir el estrés?
- Actividad física.
- Psicoterapia.
- Métodos de relajación (meditación, yoga, visualización).
- Fármacos ansiolíticos y antidepresivos (previo consulta a un psiquiatra).
- Alejarnos de las personas tóxicas .
Prevención:
- Reconocer las señales que disparan estrés en cada uno.
- Dedicar tiempo al ocio.
- Respetar 8 horas diarias mínimas de sueño.
- Alimentación saludable.
- Ejercicio físico: permite liberar endorfinas
- Mantener vínculos sociales activos.
- Evitar factores estresantes, como el cigarrillo.
¿Por qué hay que controlarlo?
La relación entre el estrés emocional y los eventos coronarios mayores ha sido establecida hace ya mucho tiempo. Se ha demostrado que existe un aumento del riesgo de infarto agudo de miocardio (doble de lo normal) durante las dos horas siguientes a un episodio significativo de alteración emocional.