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Conociendo más sobre la Enfermedad Vascular Periférica

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También conocida como insuficiencia arterial periférica, representa el conjunto de cuadros sindrómicos, agudos o crónicos, generalmente derivados de la presencia de una enfermedad arterial oclusiva, que condiciona un insuficiente flujo sanguíneo a las extremidades.

En la gran mayoría de las ocasiones, el proceso patológico subyacente es la enfermedad arteriosclerótica, y afecta preferentemente a la vascularización de las extremidades inferiores.

El grado de afectación clínica dependerá de dos factores: la evolución cronológica del proceso (agudo o crónico) y la localización y la extensión de la enfermedad (afectación de uno o varios sectores).

La enfermedad arterial periférica es una de las afecciones más prevalentes y es habitual la coexistencia con enfermedad vascular en otras localizaciones.

El diagnóstico precoz es importante para poder mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de eventos secundarios mayores, como el infarto agudo de miocardio.

Factores de riesgo cardiovascular y enfermedad arterial periférica

Algunos estudios han confirmado que los factores de riesgo como la diabetes, hipertensión, tabaquismo e hiperlipemia, están implicados en un 80-90% de las enfermedades cardiovasculares.

Los fumadores más severos no sólo tienen un mayor riesgo de enfermedad vascular periferica, sino que presentan las formas más graves que ocasionan isquemia crítica. El abandono del tabaco se ha acompañado de una reducción en el riesgo.

Las personas con diabetes, por cada  cada aumento del 1% de la hemoglobina glucosilada, se produce un incremento del 25% en el riesgo de enfermedad vascular periferica.

En los pacientes hipertensos, el riesgo es considerado doblemente.

La enfermedad tiene mayor prevalencia en  en varones que en mujeres, teniendo inclusive, un afectación más severa (isquemia crítica).

En cuanto a la edad, a partir de los 70 años, la prevalencia se incrementa hasta alcanzar un 70%.

Prevención y consulta al médico

Realizando chequeos médicos ante la aparición de síntomas como estos:

  • Dolor en las pantorrillas, los muslos o las nalgas.
  • La intensidad del dolor es un signo de la gravedad de la obstrucción.
  • En casos graves, es posible que los dedos de los pies se vuelvan azulados, que los pies estén fríos y que el pulso en las piernas sea débil. En estos casos, podría producirse la muerte de tejido y ser necesaria una amputación.
    Calambres en las piernas al caminar, empeorando generalmente el dolor a medida que aumenta la actividad física y desaparece con el reposo.
  • Las temperaturas bajas y algunos medicamentos también pueden provocar dolor en las piernas.

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