¿Qué es para qué sirve?
Es una prueba que se utiliza con diferentes objetivos, uno de los usos principales es el diagnóstico de cardiopatías, particularmente la cardiopatía isquémica. Con ella, se intenta reproducir síntomas sometiendo al corazón a un incremento de sus necesidades energéticas que son establecidas por el incremento del aporte de sangre oxigenada al músculo cardiaco a través de las arterias coronarias. También se logra identificar alteraciones electrocardiográficas que no se manifiestan cuando éste está en reposo o la aparición de arritmias por el esfuerzo físico. Además de ayudar al diagnóstico correcto, la ergometría es útil para valorar el pronóstico en aquellos pacientes con enfermedad coronaria ya conocida, así como para valorar el efecto del tratamiento.
Es de gran utilidad en pacientes con hipertensión arterial tanto conocida como en sospecha diagnóstica. Es decir, en hipertensos diagnosticados, permite evaluar la condición actual de la persona, la respuesta hipertensiva al esfuerzo y la eficacia del tratamiento que recibe; avalando de tal forma los ajustes terapéuticos necesarios para optimizar los valores de presión arterial, siendo una herramienta crucial en el seguimiento cardiológico periódico. Y en pacientes que están siendo estudiados bajo la presunción diagnóstica de dicha condición (HTA), permite objetivar con claridad la presencia o no de la misma y orientar su tratamiento, en forma integral, desde las medidas no farmacológicas (cambios en el estilo de vida, hábitos y alimentación), hasta la indicación de la farmacología apropiada para cada caso.
Dentro del gran capítulo de arritmias cardíacas, esta prueba resulta ser uno de los pilares en el diagnóstico de las mismas, su identificación, categorización, análisis de su comportamiento, tratamiento y seguimiento. Ayudando de esta manera incluso a prevenir arritmias que pueden resultar graves en pacientes que se conocían sanos; situación que suele observarse hasta en un pequeño porcentaje de deportistas de alto rendimiento, y que resultan ser noticias de gran impacto cuando ocurren hechos no deseados e inesperados en el ambiente deportivo.
Además de todo lo mencionado, y seguramente obviando muchos usos más dentro de la patología cardiovascular, tiene gran utilidad en el enfoque y cuidado del paciente libre de enfermedad, sea éste sedentario, deportista amateur o profesional y en sus diferentes niveles de entrenamiento o disciplinas.
La ergometría permite evaluar la capacidad funcional de la persona, abordándola desde el enfoque cardiovascular y físico. Posibilita certificar la capacidad de cada individuo para realizar actividad física, considerando cuál debería ser la actividad, su intensidad y frecuencia adecuada.
¿En qué consiste la prueba?
- El estudio se realiza bajo la supervisión de un cardiólogo, en una cinta caminadora o una bicicleta estática.
- Se le conecta un esfingomanómetro o tensiómetro (para medir presión arterial), durante toda la prueba.
- Se realiza un electrocardiograma continuo durante todo el estudio. Basal de reposo, y durante todo el esfuerzo y recuperación.
- Suele durar de 8 a 15 minutos.
- Durante la ergometría se debe realizar el mayor esfuerzo posible, alcanzando incluso el umbral del cansancio o máximo nivel de resistencia.
- Si durante la prueba el paciente tiene síntomas debe indicarle al médico.
Preparación para el examen
- Utilizar calzado y ropa cómoda (lo que en la mujer obliga a el uso de corpiño cómodo o deportivo).
- Informar al médico la medicación que habitualmente recibas (no la suspendas).
- Comentar al médico si estás tomando citrato de sildenafil (Viagra), tadalafil (Cialis) o vardenafil (Levitra) y si has tomado una dosis en las últimas 24 a 48 horas.
- Evitar comer, fumar o tomar bebidas que contengan cafeína o alcohol durante 3 horas (o más) antes del examen.
- Se puede ingerir alimentos, agua o jugos previamente para hidratarse en forma adecuada.
- Evitar ejercicios físicos el día del estudio.
- Traer estudios previos relacionados.
¿Qué parámetros se miden durante la ergometría?
La respuesta al esfuerzo se mide a través de la recogida de diferentes parámetros vitales:
- Cifras de tensión arterial.
- El ritmo y la frecuencia cardíaca.
- Electrocardiograma.
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