Hace unos días nos enterábamos por las noticias de que Iker Casillas arquero campeón del mundo con España en el 2010 con apenas 38 años y todavía en actividad, en un importante club de Europa, sufría un Infarto Agudo de Miocardio por la oclusión de su arteria coronaria derecha siendo sometido de urgencia a una angioplastia con resultado positivo.
¿Debe esto sorprendernos?
La verdad es que para el público en general y para la prensa es un hecho sorprendente.
Pero no debería serlo para el ambiente médico. Como comentábamos no hay dudas de que el ejercicio moderado y regular es ampliamente beneficioso, no solo para la salud cardiovascular sino para la salud general.
Desde hace unos años, empezamos a darnos cuenta y con evidencia tenemos evidencia de que aquellos deportistas de elite con entrenamientos que llevan a sus organismos al límite de la resistencia, tienen mecanismos de adaptación cardiovascular a estas circunstancias.
Popularmente conocidos como Corazón de Atleta que incluyen, por ejemplo: corazones trabajen basalmente con una frecuencia cardiaca más baja o tengan un corazón más grande de lo normal en cuanto a espesores o diámetros.
Pero en algunos casos sobre cierta predisposición genética o enfermedad preexistente pueden tener disfunciones o desadaptaciones cardiológicas graves que pueden ser agudas o crónicas:
Agudas (de golpe – bruscamente)
La más conocida es la muerte súbita del deportista: la cual aparece, en un porcentaje importante, en personas con enfermedades preexistentes y por lo tanto detectables mediante evaluaciones precompetitivas como la Miocardiopatía Hipertrófica, la causa mas frecuente de muerte súbita en jóvenes.
Siempre para tranquilidad de todos los que practican alguna actividad física la muerte súbita es más frecuente en los sedentarios que en los deportistas, pero estas tienen más impacto mediático.
Menos conocida pero también grave es la falla cardiaca aguda. Recordemos que el corazón es un músculo. Puede agotarse y fallar en la contracción. Podemos encontrar “marcadores en sangre” de esta situación como presencia de enzimas cardiacas o similares luego de un esfuerzo extenuante.
Crónicas (de largo tiempo)
Ante un esfuerzo intenso y sostenido la lesión del tejido muscular puede llevar en vez de a la recuperación del musculo a su reemplazo por fibrosis (cicatriz). Esto implica de por si perdida de la función muscular pero también sustrato para futuras arritmias.
Por ejemplo, la Fibrilación Auricular (pérdida del ritmo normal del corazón). Más frecuente en esta población que en deportistas moderados. Esta arritmia aumenta las posibilidades de fallo cardiaco y accidente cerebrovascular.
Por último, la Aterosclerosis y Calcificación Coronaria (depósito de colesterol y calcio en la pared de la arteria) Es una enfermedad muy compleja donde los Factores de Riesgo Cardiovascular más conocidos son la Hipertension, Colesterol Alto, Diabetes, Tabaquismo y Sedentarismo.
Pero también pueden intervenir factores genéticos y una gran cantidad de moléculas algunas conocidas otras no tanto, que son estimuladas por años de actividad física extenuante y el stress físico y psíquico del alto rendimiento. Como dijimos es un proceso crónico, pero puede debutar de golpe con síntomas como dolor de pecho opresivo. Este parece ser el caso que nos motiva.

¿Es posible esta situación en un ambiente tan controlado desde el punto de vista médico?
No es lo frecuente pero claramente es posible. El proceso de la “placa aterosclerótica” puede crecer silenciosamente para la mayoría de los estudios que utilizamos y de pronto romperse y ocluir completamente la arteria por alguna circunstancia en pleno ejercicio o posejercicio (como parece ser el caso).
¿Existe algun metodo que nos anticipe de esta situación?
Si, el Score de Calcio Coronario es un metodo que en cierta medida puede predecir probabilidad de eventos futuros. Pero en se reserva para personas que a priori presentan un riesgo moderado que no parece ser el caso.
¿Cuál fue el acierto del jugador y del cuerpo médico del Club?
Claramente no subestimar el síntoma que presentó y derivarlo para su atención a un centro de alta complejidad donde se pudo desobstruir la arteria rápidamente.
¿Los que hacen deporte de alto rendimiento deben dejar de practicarlo?
Por supuesto que NO. El ejercicio de alto rendimiento es el modo de realización personal de muchos y constituye la profesión de algunos de ellos. La clave es que esta actividad con lleva sus riesgos. Hay que asumirlos y reducirlos con los controles médicos adecuados y completos.
Conclusión: Existe abundante y contundente evidencia que la actividad física moderada es beneficiosa para la salud en general y para el aparato cardiovascular en particular. Estamos también aprendiendo que cuando con la actividad física es llevada al extremo por competencia o autoexigencia en personas predispuestas los beneficios se opacan y pueden aparecer consecuencias negativas. Los controles cardiovasculares son muy importantes.