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¿Cómo comportarnos frente a la Insuficiencia Cardiaca?

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El corazón es un músculo hueco que se localiza en el centro del pecho que tiene como función bombear sangre a todo el cuerpo para permitir el correcto funcionamiento de los distintos órganos.

En ocasiones, el corazón puede dañarse debido a distintas causas y dejar de cumplir esta función en forma adecuada, originando un conjunto de signos y síntomas que se denomina insuficiencia cardíaca.

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar etapas con pocos síntomas y otras de empeoramiento, en ocasiones llegando a ser necesaria una internación. Al no llegar suficiente oxígeno a los distintos órganos por el mal funcionamiento del corazón se puede tener la sensación de cansancio o fatiga. Además, al no poder eliminar líquido correctamente, éste se acumula en los pulmones y en otras partes del cuerpo, como por ejemplo en las piernas y el abdomen.

¿Qué causa la insuficiencia cardíaca?

La causa más frecuente es la enfermedad coronaria, donde se obstruyen las arterias que irrigan el corazón, siendo la más conocida el infarto de miocardio. Otro motivo muy frecuente es la hipertensión arterial no adecuadamente controlada durante mucho tiempo. Alteraciones en las válvulas del corazón también pueden ocasionar esta enfermedad

En nuestro país otra causa importante es la enfermedad de Chagas. En estos casos la insuficiencia cardíaca se manifiesta mucho tiempo después de haberla adquirido.

¿Cómo darse cuenta?

  • Consulta médica: donde el profesional evalúa los síntomas que relata el paciente y realiza el examen físico correspondiente. De aquí la importancia en la comunicación con su médico describiendo lo mejor posible como se siente.
  • Electrocardiograma: es un estudio sencillo donde se registra la actividad eléctrica del corazón.
  • Radiografía de tórax: puede orientar sobre el tamaño del corazón y también sirve para ver si existe acumulación de líquido en los pulmones.
  • Ecocardiograma: Con este estudio se puede evaluar el tamaño, funcionamiento del corazón y sus válvulas. Es un estudio no invasivo y es el examen más importante que ayuda al médico en el diagnóstico y seguimiento.

¿Cuáles son sus síntomas?

  • Tos nocturna
  • Silbidos al respirar
  • Pérdida de apetito
  • Depresión
  • Palpitaciones en el pecho
  • Pérdida temporal de conciencia
  • Confusión (especialmente en pacientes ancianos)
  • Dificultad para respirar estando acostado
  • Necesidad de levantarse de golpe por sensación de ahogo
  • Falta de aire sobre todo por esfuerzo
  • Fatiga, cansancio, más tiempo de recuperación tras practicar ejercicio
  • Hinchazón de pies y tobillos.

Hábitos importantes a tener en cuenta
La insuficiencia cardíaca al igual que otras enfermedades crónicas requiere de un tratamiento prolongado con medicación y cambios en el estilo de vida.

Uno de los objetivos en el seguimiento de los pacientes con insuficiencia cardíaca es lograr que la actividad diaria sea lo más normal posible.

Actividades físicas

El ejercicio físico es, junto con la alimentación y la medicación, parte fundamental del tratamiento. Si usted no tiene síntomas en reposo y su médico no le ha contraindicado el ejercicio, es muy importante que realice
preferentemente actividad aeróbica, como caminar, andar en bicicleta, nadar y que esta sea realizada en forma sostenida.

También que lo inicie de manera progresiva. Comience con esfuerzos pequeños y vaya agregando lentamente mayor duración o intensidad. Evite realizar actividades inmediatamente después de comer (deje pasar por lo menos una hora) o en caso de temperaturas extremas.

Suspenda la actividad inmediatamente si usted siente falta de aire, dolor torácico, mareos, náuseas o sudoración fría. Si persisten, consulte a su médico.

La alimentación

En los pacientes con insuficiencia cardíaca el incumplimiento de la dieta es una de las principales causas de descompensación e internación. Es muy importante como parte del tratamiento mantener una dieta saludable para lo cual muchas veces puede ser necesario cambiar hábitos previos y una consulta con un nutricionista.

El controlar el consumo de sodio (SAL) es un aspecto fundamental en la dieta. Su exceso favorece la acumulación del líquido en el organismo que puede manifestarse con edemas o falta de aire.
El consumo diario no debería exceder los 2 gramos (g) de sodio (la cantidad mínima requerida por el cuerpo es de 0,5 g). Para tener una idea una cucharada de té de sal tiene aproximadamente 2,3 g de sodio.

Es recomendable quitar el salero de la mesa y condimentar la comida con vinagre, limón, pimienta, especias o hierbas deshidratadas.

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