La presentación clínica de la cardiopatía isquémica (infarto de miocardio, angina de pecho) en la mujer, es con mayor frecuencia, angina de pecho, mientras que en los hombres es el infarto. Pero mas allá de esta primera diferencia, la enfermedad cardiovascular (ECV), presenta muchas diferencias entre hombre y mujer, por eso debemos hablar de diferencia de género y no de sexo, ya que no se trata solo de diferencias biológicas, sino también de roles, normas culturales o comportamiento de cada uno en la sociedad.
Como dijimos anteriormente, en Argentina 1 de cada 3 mujeres muere por una enfermedad cardiovascular, lo que representa en nuestro país una mujer cada 11 minutos. A pesar de ello, las mujeres NO tenemos conciencia de como nos puede afectar la ECV (Infarto de miocardio y accidente cerebrovascular), solo el 54% reconoce su importancia y conoce que es la primera causa de muerte sobre las generadas por cánceres ginecológicos (como el cáncer de mama).
Síntomas de la Cardiopatía en la mujer:
- Dolor de pecho o malestar.
- Nauseas, mareos o cansancio inusual.
- Dolor o malestar en la mandibula, cuello y espalda.
- Dolor o malestar en el brazo izquierdo o en el hombro.
- Falta de aire.
En general las mujeres presentamos mayor dificultad a la hora de ser diagnosticadas de ECV , esto se debe en parte a que las mujeres consultamos mas tardíamente (anteponemos la familia, la casa o el trabajo sobre el propio síntoma) y en parte por la presentación clínica “atípica” o diferente a la de los hombres.
Es así que las mujeres ingresan por un primer infarto/angina con una edad mayor a la de los hombres y mueren más en las primeras horas post infarto, que es especialmente mayor en el grupo de mujeres jóvenes (45-55 años).
Por todo esto, es fundamental que las mujeres conozcamos los principales síntomas de un infarto, lo que hará posible, un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado.
Teniendo en cuenta que las mujeres somos mas propensas a tener síntomas menos característicos o atípico, como es el cansancio inusual, nauseas y/o vomitos, lo que sumado a la menor percepción de riesgo por nosotras mismas, es el principal motivo de retraso en solicitar y por ende, en recibir asistencia médica.
Los factores de riesgo para la ECV, como la hipertensión arterial, diabetes mellitus y hábito de fumar son factores de riesgo tradicionales para el desarrollo de infarto mas potentes en la mujer que en el hombre. Además son importantes para el desarrollo de ECV, el estilo de vida no adecuado, como es la dieta rica en grasas, la inactividad física o el exceso de alcohol, que condicionan el sobrepeso y la obesidad, especialmente concentrada en la cintura abdominal, que debemos evitar.
Las mujeres tenemos factores de riesgo no tradicionales especificos de nosotras, como son la menopausia, la menarca precóz (primera menstruación antes de los 8 años), diabetes gestacional, hipertensión en el embarazo y enfermedades inflamatorias sistémicas, como el lupus y la artritis reumatoidea.
Por último, el estrés y la depresión pueden condicionar o precipitar un ataque cardiaco. Las mujeres actuales, mujeres multitarea, estamos expuestas a dicho factor de riesgo, que debemos evitar, cuidando la salud emocional para cuidar la salud física.
Conocer y corregir estos factores de riesgo, resulta fundamental para evitar la ECV. Todos debemos involucrarnos en esto, desde nosotras mismas (la mujer), su entorno familiar y el personal de la salud.